23 sept 2009

Siento como que me quieren jugar el dedo en la boca. . .

Si Usted ha leído anteriores ediciones de esta columna, sabrá que estoy empecinada en cambiar, aunque sea un poquito, parte de un esquema político que cada vez que se puede nos “friega”. Y eso es porque Usted y yo lo permitimos, así que por lo menos de mi parte no quiero un “pudo ser”. Mi necedad, como algunos ya la llaman, es para evitar que el pueblo de Sonora siga pagando los seguros de gastos médicos de nuestros diputados y funcionarios públicos de primer nivel, o mejor conocidos como la “casta dorada”. Como Usted sabe, la “casta dorada” cuenta con el servicio de ISSSTESON, cosa que envidiamos quienes sufrimos contar con el IMSS, pero además de tener este excelente sistema tienen la posibilidad de ser enviados, ellos o sus familiares, a clínicas privadas que son pagadas por el ISSSTESON, la famosa subrogación de servicios. Pues no contentos con esto, los flamantes “servidores públicos” pagan un seguro de gastos médicos con nuestros recursos, ¿por qué son de nosotros los impuestos, no? Seguramente esta prestación que los diputados tienen en la ley orgánica, según declaró Enrique Reina (el coordinador de los diputados del PAN en Sonora) nació al tratar de beneficiar a “algún amigo del sistema” -Reina declaró lo de la ley, no lo del amigo- aclaro. Yo supondría que al llegar el cambio al Congreso del Estado, ¿qué no fue mayoría el PAN en la legislatura anterior? esto cambiaría, pero no fue así. Antes, en la legislatura del 2003 al 2006, el diputado Carlos Tapia Astiazarán (hoy contralor del Estado) se expuso a los medios de comunicación al pedir el reembolso de 150 mil pesos por una enfermedad de su esposa, precisamente de este seguro de gastos médicos. Leer Mas