En memoria de Memo Vega
Esto no se acaba, hasta que se acaba
Escribo estas líneas en la cafetería de la funeraria San Martín, a la espera de la cremación de los restos de Guillermo Vega González.
Don Memo, como lo conocí desde hace diez años, falleció la mañana del miércoles de un infarto fulminante.
Acababa de jugar basquetbol, como casi todos los días, en las canchas del gimnasio de la Universidad de Sonora. Tenía apenas 61 años.
Papá de Karina, amiga entrañable y comadre querida; también lo es de Memito, Ivone y Beba, con quienes al paso de los años hemos desarrollado también una cálida amistad. Esposo de doña Yolanda a quien profeso profundo respeto.
Para todos ellos y los múltiples amigos que dejó don Memo en esta vida, mi sentido pésame.
Pero ¿saben? La presencia de tanta gente fue el refrendo de una vida plena, de siempre dar, de siempre privilegiar el deporte y la amistad.
Me tocó disfrutar su amistad, lo mismo que su hospitalidad, fina ironía, de su excelente sentido del humor y de su capacidad para los negocios.
Con el tema del beisbol, nunca me entendí con él. Hablamos idiomas distintos y me lo notó el mismo día que le dije como agarraba el bat.
Descanse en paz.
Entremos en materia. Leer Mas25 sept 2009
Por Cananea
En memoria de Memo Vega
Esto no se acaba, hasta que se acaba
Escribo estas líneas en la cafetería de la funeraria San Martín, a la espera de la cremación de los restos de Guillermo Vega González.
Don Memo, como lo conocí desde hace diez años, falleció la mañana del miércoles de un infarto fulminante.
Acababa de jugar basquetbol, como casi todos los días, en las canchas del gimnasio de la Universidad de Sonora. Tenía apenas 61 años.
Papá de Karina, amiga entrañable y comadre querida; también lo es de Memito, Ivone y Beba, con quienes al paso de los años hemos desarrollado también una cálida amistad. Esposo de doña Yolanda a quien profeso profundo respeto.
Para todos ellos y los múltiples amigos que dejó don Memo en esta vida, mi sentido pésame.
Pero ¿saben? La presencia de tanta gente fue el refrendo de una vida plena, de siempre dar, de siempre privilegiar el deporte y la amistad.
Me tocó disfrutar su amistad, lo mismo que su hospitalidad, fina ironía, de su excelente sentido del humor y de su capacidad para los negocios.
Con el tema del beisbol, nunca me entendí con él. Hablamos idiomas distintos y me lo notó el mismo día que le dije como agarraba el bat.
Descanse en paz.
Entremos en materia. Leer Mas