Othoniel Ramírez R.
No tardó mucho Guillermo Padrés en decepcionar a la sociedad civil, entendida esta como la de infantería, la desinteresada por el poder público y/o la que le tocó padecer los excesos del sexenio anterior, caracterizado por las agresiones, las payasadas y la soberbia.
Inmediatamente el cananeense enseñó el cobre de lo que será su mandato, al no solo dejar en la Procuraduría General de Justicia del Estado a Abel Murrieta, sino casi ratificarlo al deshacerse en elogios por su desempeñ
o y expresar: “Ojala y se quedara más tiempo”.
En un principio, la determinación de dejar al principal ejecutor de la debacle boursita, se pensó como parte de alguna estrategia de transición; pero con tales improperios, se confirma que forma parte de oscuras negociaciones con su antecesor.
Pésimo mensaje, para quienes a sabiendas de su posición partidista de derecha, le habían otorgado el beneficio de la duda.
Surge generalizado el “pues que esperábamos”, en referencia al triste papel realizado por los dos gobiernos panistas de la república, íntimamente ligados y entrando en costosas componendas con los personajes más siniestros de la política sindical.
Parece como que Padrés Elías no está al tanto, de que su triunfo electoral se lo debe, en mayor medida, al hartazgo social que provocaron los excesos y abusos de poder que fueron operados desde la PGJE por Abel Murrieta.
Muy probablemente, sin las constantes manipulaciones de la ley y los ataques policíacos desde allí organizados, no se hubiera acrecentado tanto, la figura del “gober odioso” y su vertiginosa caída.
Como olvidar tantos arteros agravios en contra de la ciudadanía, entre los que destacan: el doloroso caso de la guardería ABC, los golpes y prisión a los defensores del Parque Villa de Seris, el encarcelamiento de líderes barzonistas y sindicales, los despojos a ejidatarios de Caborca y posesionarios del Vaso de la Presa ALR, los ataques a sindicatos independientes de UTH, Conalep y maestros de Etchojoa, Tortugismo y trato tendencioso en procesos a su cargo, persecuciones intimidatorias y procesos inventados a líderes sociales irreverentes; entre otros asuntos donde predominó la fabricación de delitos. Leer Mas
o y expresar: “Ojala y se quedara más tiempo”.
En un principio, la determinación de dejar al principal ejecutor de la debacle boursita, se pensó como parte de alguna estrategia de transición; pero con tales improperios, se confirma que forma parte de oscuras negociaciones con su antecesor.
Pésimo mensaje, para quienes a sabiendas de su posición partidista de derecha, le habían otorgado el beneficio de la duda.
Surge generalizado el “pues que esperábamos”, en referencia al triste papel realizado por los dos gobiernos panistas de la república, íntimamente ligados y entrando en costosas componendas con los personajes más siniestros de la política sindical.
Parece como que Padrés Elías no está al tanto, de que su triunfo electoral se lo debe, en mayor medida, al hartazgo social que provocaron los excesos y abusos de poder que fueron operados desde la PGJE por Abel Murrieta.
Muy probablemente, sin las constantes manipulaciones de la ley y los ataques policíacos desde allí organizados, no se hubiera acrecentado tanto, la figura del “gober odioso” y su vertiginosa caída.
Como olvidar tantos arteros agravios en contra de la ciudadanía, entre los que destacan: el doloroso caso de la guardería ABC, los golpes y prisión a los defensores del Parque Villa de Seris, el encarcelamiento de líderes barzonistas y sindicales, los despojos a ejidatarios de Caborca y posesionarios del Vaso de la Presa ALR, los ataques a sindicatos independientes de UTH, Conalep y maestros de Etchojoa, Tortugismo y trato tendencioso en procesos a su cargo, persecuciones intimidatorias y procesos inventados a líderes sociales irreverentes; entre otros asuntos donde predominó la fabricación de delitos. Leer Mas